APRENDIZAJES SIGNIFICATIVOS EN HISTORIA
Comentario al libro ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA HISTORIA:
ASPECTOS COGNITIVOS Y CULTURALES. Mario Carretero y Manuel Montanero, Universidad
Autónoma de Madrid – FLACSO (Argentina); Universidad de Extremadura (2008)
Eddy Romero Meza
El teórico norteamericano David Ausubel, desarrolló el concepto de
“aprendizaje significativo”, el cual se basa en una serie de principios como:
uso de los conocimientos previos para la adquisición de otros
nuevos, metacognición para integrar y organizar los nuevos conocimientos,
empleo de la memoria comprensiva, complementariedad de los distintos
aprendizajes, construcción del propio aprendizaje y generación de autonomía.
El aprendizaje significativo se centra en
la asimilación y acomodación de los conceptos (articulación e integración de
significados). Se caracteriza por la expansión, reajuste o reestructuración
cognitiva, beneficiando así la estructura del aprendizaje.
Uno de los psicólogos educativos más importantes de España,
Mario Carretero ha desarrollado numerosas investigaciones sobre el aprendizaje
de las ciencias sociales, especialmente el de la historia. En el libro Enseñanza y aprendizaje de la Historia:
aspectos cognitivos y culturales. Universidad Autónoma de Madrid – FLACSO
(Argentina); Universidad de Extremadura. 2008., se presentan diversos trabajos
que exploran los procesos de aprendizaje de los contenidos de la disciplina
histórica.
Mario Carretero, enfatiza el importante papel en la formación de habilidades de pensamiento y en la
promoción de las capacidades de aprender a aprender de los estudiantes. Sin
embargo, se interroga sobre las competencias intelectuales que pueden
considerarse características del aprendizaje de la Historia. En ese sentido,
refiere que la capacidad de comprender el tiempo histórico, razonar causalmente
y la capacidad de valorar e interpretar críticamente las fuentes de información
histórica; son las habilidades que propician la formación en historia.
Así, un aprendizaje significativo de los contenidos de
historia, pasa por la real adquisición de las nociones de tiempo histórico y su
aplicación a los hechos históricos estudiados en clases. La historia como saber
es solo inteligible en la medida que reconozcan las: sucesiones,
simultaneidades, continuidades y duraciones. Nociones que conforman el tiempo
histórico.
Por otro lado, el aprendizaje y uso de la causalidad
histórica, representa uno de los aspectos fundamentales para un aprendizaje
significativo de la historia. Superar las causalidades centradas en los
individuos o personajes históricos y extender las nociones de causalidad a agentes
colectivos o institucionales. Adquirir la capacidad de explicar hechos
históricos en términos estructurales (estructuras políticas, económica,
sociales, culturales, mentales, etc.). Distinguir entre causas lejanas y
próximas, además de jerarquizar la causalidad a través de hipótesis.
Finalmente, aprender a manejar fuentes históricas de manera
crítica. Toda interpretación histórica se basa en fuentes primarias y
secundarias, pero exige contrastar fuentes, someterlas a análisis y crítica.
Comprender que las fuentes responden a contextos dados y deben ser
interpretados desde ese punto. Aprender significativamente los contenidos de
historia, significa que los estudiantes descubran
el contenido ideológico o los prejuicios implícitos en un texto; que analicen
las carencias o inconsistencias en la información, o bien los puntos de vista
conflictivos que se exponen en varias fuentes (pág. 136).
Carretero analiza la disciplina histórica desde la
psicología educativa, pero incorporando observaciones sociológicas. Nos ayuda a
comprender la historia desde perspectivas epistemológicas, psicológicas y
pedagógicas. La historia es un saber instrumentable: puede generar aprendizajes
significativos que mejoren nuestras habilidades intelectuales, pero también es
un conocimiento que cae en subjetividades o discursos tendenciosos.
Carretero nos abre una interesante interrogante, la
historia ¿debe forjar patriotas o educar cosmopolitas? O sea debe ser un
aprendizaje funcional a intereses nacionales, patrióticos, identitarios, o más
bien un conjunto de aprendizajes orientados a desarrollar ciudadanos del mundo,
personas cosmopolitas o incluso individuos desarraigados.
Resulta innegable que la historia es una materia que se
constituye en el principal referente para la construcción del imaginario social
y cultural. Las imágenes que se construyen alrededor del pasado, influyen sobre
el presente e incluso el futuro. Los aprendizajes históricos, son hoy poco
significativos en la medida que apenas reflejan una serie de efemérides,
narrativas simplificadas, causalidades parciales o incompletas y explicaciones
marcadas por percepciones presentistas (miradas anacrónicas).
El aprendizaje de la disciplina histórica representa una
estupenda oportunidad para aprender a discriminar información (manejo de
fuentes), elaborar hipótesis de trabajo, contrastar hechos de diversa
complejidad, diversificar las nociones temporales (cronológicas, sociales,
históricas), emplear una memoria comprensiva, interpretar acontecimientos para
generar explicaciones estructurales, reexaminar los métodos empleados para
producir conocimientos, desarrollar empatía histórica y finalmente leer nuestra
realidad presente desde una mirada que cuente con mayores elementos de
análisis. Representa para el mundo docente, un rico espacio para propiciar
aprendizajes significativos de carácter social-ciudadano.
Texto comentado disponible en:
http://www.ub.edu/histodidactica/images/documentos/pdf/ensenanza_aprendizaje_historia.pdf
Página web recomendada:
http://www.ub.edu/histodidactica/ Histodidáctica (Universidad de Barcelona)
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